Choque cultural inverso | Capítulo 10: "Otra mirada"
Tras diez años en Berlín y recién cumplido un año de mi regreso, toca hacer una pequeña revisión y despedirme de este blog. Resumiré diciendo que he cambiado, pero en esencia soy la misma.
El bagaje personal con aquello que decides conservar, aquello que te marcó, la familia y las amistades que se convierten en familia y que te vinculan a infinidad de lugares y culturas, lo que te enfadó y lo que te alegró, los obstáculos que superaste y el aprendizaje que obtuviste gracias a ello, .., todo queda formando parte de ti.
La identidad personal es intersubjetiva —mi identidad depende de mis relaciones dialógicas con los demás— y es contextual, en el sentido de que es el contexto social —las comunidades de pertenencia— el que proporciona el material simbólico con que se construye. (Fuente: "Elementos significativos de la ética profesional Ana Hirsch Adler, Universidad Nacional Autónoma de México, México")
No hay una sola forma de definir el duelo migratorio ni el choque cultural. Hay tantas maneras como personas los experimentan. Yo traté siempre de darle un toque de humor al relato, por más que hubo momentos en los que tragué saliva, sufrí y fui infeliz. De lo que estoy segura es de que la enseñanza que haya podido extraer de toda esta experiencia ha sido posible gracias a que aposté por ella y aprecié siempre su incalculable valor, pero si llegué a ella fue gracias a mi predisposición a recibirla.
Quizás cambió mi visión del mundo, pero no la forma en que lo miro.
Una de las primeras cosas que tuve que hacer al llegar fue la burocracia pertinente para formalizar mi situación aquí. Algo relativamente sencillo tratándose de mi país de origen. En una de las oficinas viví una situación como espectadora (muy a mi pesar porque no tuve cómo ayudar) de una pareja extranjera que no se comprendía nada de lo que le decía la funcionaria. No se daba la circunstancia de que la trabajadora fuera desagradable, más bien lo contrario, pero no tenía manera de hacerse entender. La pareja necesitaba ayuda y nadie allí parecía poder dársela en aquel momento. Me produjo bastante angustia. Me hizo recordar inmediatamente aquello primeros (y segundos y terceros...) momentos en Alemania sudando la gota gorda para obtener cualquier certificado, para llamar por teléfono por un problema de internet o incluso para comprar un kilo de patatas. ¡Qué mal se pasa, por favor! Qué bola en el estómago hecha de esa mezcla de sentirme estúpida, vulnerable, inútil, ¡y hasta un estorbo! Y cómo se agradecía (y agradece) la paciencia del de enfrente, la ayuda desinteresada de alguien que te saca del apuro o un hombro en el que poder llorar de rabia. Se agradece ¡y mucho!
Si no hace falta comprender las razones que llevan a alguien a estar en esa posición para echarle un cable, aún menos necesario es prejuzgarle. Las adversidades a las que se enfrenta un emigrante pueden no serte conocidas y eso no te dará motivos para denegar tu ayuda en caso de poder darla. Pero quizás sí sea necesario recalcar que el duelo migratorio se llega a hacer por momentos muy doloroso y complejo.
La migración constituye un factor de riesgo para la salud mental si el inmigrante está en situación de vulnerabilidad, el medio es muy hostil o si se dan las dos cosas a la vez. En la relación asistencial, la lengua se convierte en un obstáculo importante a la hora de establecer la comunicación. Fuente: CVC. La traducción y la interpretación contra la exclusión social. Joseba Achotegui
Pasé por situaciones parecidas antes de marcharme en las que sí pude intervenir para ayudar. Por suerte, vivo en un lugar donde hay gentes de muchos lugares del mundo. Sí, por suerte, porque es una gran suerte poder conocer el mundo a través de otras miradas.
Este ejemplo me viene bien para ilustrar la razón por la que pienso que en esencia soy la misma: porque ya antes de emigrar me daba cuenta de esas dificultades sin necesidad de haber pasado por ninguna de ellas. Lo que sí tengo son más recursos para poder hacerles frente y ser más resolutiva. De hecho, me he hecho experta en comunicación gestual y para demostrarlo y como despedida, os dejo un extracto del tercer capítulo "Llegar y triunfar" de mi libro para que lo comprobéis. PINCHA EN LA IMAGEN y te llevará al texto.
Lo importante es encontrar los caminos para comprenderse.
[...] no toda la comunicación se expresa a través del lenguaje. Cuando hablamos con alguien, hacemos mucho más caso de su gestualidad que de lo que nos dice. La credibilidad del mensaje se halla en la gestualidad. Fuente: Joseba Achotegui
Si queréis seguir sabiendo de mí os invito a visitarme en mi nuevo blog.
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