Choque cultural inverso | Capítulo 4: Quiero volver... ¿a irme?

Partiendo de la base de que irse o volver no son actos irreversibles y que, en circunstancias normales, emigrar o retornar no tienen por qué ser decisiones definitivas, el momento en que el se toma la determinación de hacer una cosa u otra, se puede vivir como un auténtico salto al vacío. Es normal que surjan dudas. 

Te envalentonas, tomas la decisión y la ejecutas. El tiempo que transcurre en todo este proceso puede ser muy variable. Experimentas una variado de emociones consecutivas o incluso todas de una vez. Una sensación en concreto es muy habitual: el vértigo. Porque el movimiento implica cambios, y esto no suele ser algo que le encante a la mayoría. Cambio implica adaptación, y esa adaptación al cambio implica un trabajo interno. Ese esfuerzo adaptativo es necesario para afrontar lo desconocido, o reajustarse a lo que conocías, tanto si se quiere como si no. 

Se me vienen a la mente dos metáforas. Una, el dolor que produce crecer cuando eres pequeña. ¿No te dolían las rodillas por la noche y al día siguiente tu madre exclamaba: "¡Pero qué estirón has dado!"? Expandirse, cambiar, metamorfosearse... crecer duele, ¡pero es para bien! 

La otra, es la similitud que encuentro con el juego de LEGO. Cuando me regalaban una granja o una casa o un castillo, venían las instrucciones para montarlos tal y como aparecían en la tapa. Cuando lo conseguía, lo desmontaba todo inmediatamente para hacer otro edificio más a mi gusto. Si ya había otras construcciones en el poblado que tenía armado, la nueva casa tenía que tener una cierta coherencia con el entorno. 

Como no lo podemos tener todo, migrar implica tener que dejar cosas atrás, sacrificar comodidades, alejarte de gente querida, abandonar unas ciertas rutinas... ¡desmontar tantas cosas para volverlas a montar en otro lado! Y vuelves a empezar, pieza por pieza: a hacer amistades, a hacerte con el entorno, a crear un hogar, a acomodarte, adaptarte... y, en el camino, a transformarte, con sus dolorcillos.  

Cuando retornas, dejas en el país de acogida mucho de eso que construiste con primor, paciencia y esfuerzo. Ese proceso migratorio inverso no es más fácil por el mero hecho de que sea a tu país. Es complicado, por otros motivos como el choque cultural inverso. Algunos de esos cambios que experimentaste al emigrar, se manifiestan en piezas que ahora no sabes cómo encajar. Te quiebras la cabeza porque hay que volver a montar el chiringuito, léase: a reestablecer la red personal, la profesional, re-adaptarte al medio... y a seguir sumando experiencias, renovaciones y nostalgias. En medio de todo ese esfuerzo, de todo ese proceso... ¿no vas a sorprenderte un día preguntándote por qué volviste? Estás con todas las piezas de LEGO tiradas en el suelo y un dolor de rodillas que pa qué. ¡Es normal que la duda te asalte! Te vienen ecos de un tiempo en el que todo estaba la mar de ordenadito. Además, tenerlo así de organizado te llevó tiempo y esfuerzo.  

Si ya le había cogido el tranquillo a mi "otra vida", ¿quién me mandaba a mi volver a empezar? 

Imagen de ta98mori en Pixabay 

Bueno. Quizás te lo dictó el corazón o la razón (o ambos), o fue por una buena oferta de trabajo o por la esperanza de mejor calidad de vida, o "porque sí". Hasta cuando parece que tomas tal decisión a la ligera, tu cerebro ha estado trabajando, tomando nota de todo, comparando, sopesando, valorando hasta emitir un juicio. ¡Muévete!- te dice finalmente. Y lo haces.   

Es normal echar de menos esa otra vida que tanto de tu esfuerzo requirió para tener sentido, una vida en la que creaste importantes vínculos y adquiriste unas rutinas concretas. Una vida en la que te metamorfoseaste y adaptaste parte de tu personalidad al entorno con tal de integrarte. Ahora toca hacer un proceso similar. 

¿Lo bueno? ¡Que tu colección de piezas ha crecido! ¡Ahora tienes más y de mayor variedad de colores y formas! ¡Aprovéchalo! 

  

Sobre la metáfora del LEGO y más experiencias como emigrante hablo en mi libro: "Patas Arriba - Aventuras de una emigrante española en Berlín". ¡Consíguelo AQUI!